Han sido 16 años de los que podemos hablar, de casi toda una vida dedicada al sacerdocio, contando 57 años desde su primera misa a los 23 años de edad en Nerva, su localidad natal.
No todos pueden contar en su historia que siendo capellán del Rocío el destino tenía para él, preparar y recibir a su Santidad Juan Pablo II en su visita al Rocío en el año 1993.
Llegó a nuestra Parroquia de la Purísima Concepción en el año 2006 siendo nombrado párroco en el 2008, desde entonces ha sido durante todo este tiempo nuestro Director Espiritual.
Hablar de D. Diego es hablar de quien proclama su fe sin miedo, como nos demostró en los tiempos de pandemia con la imagen que nos dejó aquella Semana Santa, en la soledad de la calle bendiciendo con una rama de olivo a las puertas de la parroquia.
Un sacerdote con una alegría especial, que llenaba sin lugar a dudas de sonrisas a los presentes mostrando el ejemplo de como debe de ser un cristiano, con actitud alegre tal y como siempre nos recuerda el mismo Papa Francisco.
Fortalecido con su inmensa fe salió adelante en estos últimos años de los obstáculos de las enfermedades, dábamos siempre gracias al Señor de volver a verle con su particular alegría.
Pocos tienen el conocimiento de su entrega a los más necesitados, como tantos sacerdotes que reciben y consuelan aquellos que llaman a la puerta de las parroquias buscando aliviar el corazón entre tantas circunstancias difíciles de la vida.
Don Diego Capado
Hoy se despide usted de nuestra Parroquia pero nunca de nosotros, siempre le esperaremos con los brazos abiertos.
Gracias por su labor en nuestra Parroquia, así como toda su vida dedicada al sacerdocio en estos tiempos que vivimos donde se hace cada vez más difícil proclamar con alegría y sin miedo nuestra fe.
Gracias por tanto en nombre del Hermano Mayor y su Junta de Oficiales de Gobierno de la Hermandad del Nazareno en representación de todos sus hermanos.