
En la tarde de ayer nuestra hermandad recibió por parte de N.H.Dña. Inmaculada Lancha la donación de un crucificado del siglo XVIII, que pertenecía desde antaño a su familia.
La escultura tallada en madera se compone de dos piezas, la cruz arbórea con la imagen de Cristo y la peana con simulación de monte rocoso, siendo la policromía la original de la obra. La pieza de 53 centímetros de altura presenta un delicado modelado anatómico con finos engarces, sin grandes señales de laceraciones ni heridas, tal y como señala la iconografía para los crucificados que elaborase Francisco Pacheco en el siglo XVII para la escuela sevillana, a excepción de poseer el subpedáneo. El rostro de gran belleza y recogimiento, muestra ya a Cristo muerto en la cruz, obrando con su sacrificio la Redención del género humano.
Siguiendo el firme propósito de esta junta de gobierno en la cuestión de conservación y puesta en valor de nuestro patrimonio, la obra será sometida en los próximos meses a un proceso de restauración por parte de un profesional de la materia, con el que serán devueltos todos los valores plásticos y estéticos originales a la talla, para así lucir en todo su esplendor.
Una vez finalizado el semanal Ejercicio de las Cinco Llagas a Nuestro Padre Jesús Nazareno, el crucificado fue bendecido por nuestro párroco y director espiritual el Ilmo. Sr. D. Carlos Javier Rodríguez Parra, Pbro.
Desde estas líneas la hermana mayor y la junta de oficiales de Gobierno quiere transmitir su más sincero agradecimiento a la donante por este gesto y ofrenda para su hermandad, aumentando con ello el amplio patrimonio histórico-artístico que atesora la corporación. Que Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura colmen de gracias y bendiciones a su familia.