Nuestro Padre Jesús Nazareno
“El Maestro carga con su Cruz. Con nuestra cruz. Sobre sus hombros lleva nuestras culpas. Le aplasta el peso de toda nuestra maldad. A sus ya escasas fuerzas tiene que sumar todo su Poder de Dios. El sólo lleva nuestra cruz. Nadie quiere aliviarle de tan pesada carga. Simón de Cirene ni lo esperaba. Volvía del campo después de su trabajo y se tropezaron con él. Sin preguntarle siquiera, cargan sus hombros con la Cruz. Le obligan. La lleva a la fuerza”
Tras resultar dañada la anterior imagen en un incendio fortuito, la Hermandad decide encargar una nueva talla de Jesús Nazareno. Sería el imaginero higuereño Sebastián Santos Rojas el elegido para realizarla, dada la amistad que José Domínguez Barba y Antonio Tello Olivares profesaban al mismo. Así, el 31 de octubre de 1950 se bendice la actual talla del Señor, catalogada por el propio autor como “una de sus mejores obras” y por múltiples historiadores del arte como una de las obras maestras de la imaginería religiosa andaluza del siglo XX.
Se trata de una talla realizada en madera de ciprés de 1,80m de altura y según su autor lo describe como “La cabeza, de un exquisito modelado, nos transporta a la mejor imaginería del siglo XVII. El escultor asimila y hace suyas las características más importantes de los grandes maestros de la imaginería sevillana. Presenta el rostro del Nazareno unas correctas proporciones, la nariz aguileña y el ligero fruncimiento de las están modeladas sin incurrir en la exageración. Los ojos de gran expresividad dirigen su mirada pensativa hacia el suelo. Un aire de romanticismo envuelve esta hermosa cabeza.
Sus manos sujetan delicadamente la cruz y son, como todas las obras de este artista, de un minucioso estudio anatómico. La figura inclinada por el peso del madero que descansa en su hombro, adelanta el pie izquierdo dejando caer todo el esfuerzo en el derecho, siendo tallados con minuciosidad, gran corrección del dibujo y modelado. Sobre la encarnación muy tostada pinta los derrames de sangre sin estridencia, basándose en los conocimientos sobre la Pasión de Cristo”
La imagen del Señor ha sido sometida a un proceso de restauración en dos ocasiones, la primera en 1993 por el alosnero D. José Pérez Conde, en la que se adecuaron las articulaciones y la segunda entre 2005 y 2006, llevada a cabo por D. Enrique Gutiérrez Carrasquilla, en la que se consolidó la imagen, se le incorporó una nueva peana, se le realizaron nuevos brazos articulados, se modificó el sistema de sujeción de la cruz al hombro, así como labores de reintegración y limpieza de la policromía.
La primitiva imagen de Jesús Nazareno era de una gran calidad artística. Con probabilidad podría datarse en torno al siglo XVII.
La imagen era de tamaño algo superior al académico y llama la atención la disposición de las carnosas manos, la derecha muy por encima de la izquierda, a la inversa de cómo las presenta en la actualidad. Rostro sereno y bondadoso, sin signos sufrientes llamativos, enmarcado en una cabellera tallada de lisos mechones, nariz afilada y boca entreabierta, con una definida barba bífida, con unas facciones muy definidas, propias de la escuela sevillana en dichas centurias.
Según sus características estilísticas y grafismos se podría vincular con la escuela de Pedro Roldán
Sufrió varias modificaciones estéticas, desde el uso de cabellera natural, elemento propio del barroco, hecho del que se conservan imágenes, así como dos reformas a las que fue sometido en 1921. Esta imagen fue destruida el 20 de julio de 1936.
La segunda imagen del Nazareno es obra de Ramón Chaveli Carreres, con policromía del jerezano Juan Padilla. Sigue en gran medida los rasgos y características morfológicas del Nazareno primitivo, por expreso deseo de la hermandad, aunque de tamaño similar al natural. La bendición tuvo lugar en el atrio de la Purísima Concepción el 20 de marzo de 1938, con la parroquia aún sin reconstruir. Fue bendecida por D. José Manuel Romero Bernal, que por muchos años fue Director Espiritual de la Hermandad, asistido por los presbíteros Antonio Perez Reina y Marcos Vela. Fue donada por D. Antonio Herrero de los Reyes.
A causa de los daños producidos por un incendio fortuito, la imagen tuvo que ser sustituida
Tras la Semana Santa de 1950, año Santo en que se celebró un Santo Entierro Magno, y una vez recogidos todos los enseres, el 19 de abril, sobre las tres de la tarde, se produjo un incendio fortuito en la capilla de la Hermandad. De este modo la imagen del Nazareno sufre un gran deterioro y la Virgen y San Juan aunque también se ven afectadas, lo son en mucha menor medida.