En 1939, un nuevo San Juan llega a la Hermandad. Se admitía como obra de Tomás Chaveli, aunque actualmente se piensa que sea de su padre, Ramón Chaveli. En cualquier caso, para su ejecución el autor se basó en la Imagen del San Juan del Desconsuelo de Jerez. La imagen fue restaurada en los años cincuenta por Sebastián Santos que modificó su postura, adoptando la que le conocemos en la actualidad.
De la imagen primitiva no se conoce su autoría e incluso las imágenes gráficas son muy escasas. Sólo dos, una en el altar de la capilla Sagrario y la segunda, acompañando a la Amargura en el paso a principios del siglo XX. En una de ella porta una palma, atributo propio de los mártires, entre los que no se encuentra el discípulo amado. No se sabe por qué, pero esta imagen fue sustituida en 1929 por otra del imaginero valenciano Pío Mollar, de esta sólo hay una foto en un altar de cultos. No acompañó en ninguna ocasión a la Amargura en el paso y, como el resto de las imágenes, desapareció en el incendio de 1936.